ELECCIONES I
JOHNSTON, EL COMIENZO DE UNA ERA Y EL FINAL DE UN CICLO.
Y el misterio de estas elecciones únicas se develó. Ganó y por mucho, Carlos Johnston, quien tendrá el privilegio de pasar a la historia como aquel que puso fin a 20 años de Iémolo en la intendencia. Digo elecciones únicas porque por primera vez hubo tantos candidatos, ocho en total, que hicieron que durante el último mes previo a las elecciones la gente en general no hablara otra cosa. Y esto es un hecho muy positivo para nosotros como comunidad, es decir que nos está importando, después de años de indiferencia, la política; de allí que nos estemos recibiendo de ciudadanos, es decir que nos ocupa y preocupa el lugar donde vivimos. Ocho candidatos y en las listas mucha gente conocida por mí, algunas muy valiosas en mi opinión, y que ojalá sigan participando en los partidos, en las instituciones o bien aportando ideas o reclamando cuando lo crean necesario.
Dije ocho candidatos, porque es
verdad, existió uno que lo creó la gran
mayoría de los votantes, fue una especie de candidato fantasma, que yo
denominaré el “fantasma Iémolo” para diferenciarlo de la intendente. Ese
fantasma estaba instalado en el electorado; hablé con muchísima gente en estos
meses y me decían que no la iban a votar; sin embargo la expresión era “capaz
que gane, es que tiene tanta gente y la oposición va dividida…”, otros me
expresaban su deseo: “ojalá que no gane, pero va a estar muy difícil…” y así muchos verbalizaban su temor al “fantasma
Iémolo”, y hablaban de su casi invencibilidad. Hasta para algunos candidatos
era LA rival a vencer. El resultado demostró que el “fantasma Iémolo” asustó
más que la candidata Iémolo, relegada a un sorprendente (para muchos) cuarto
puesto.
Sin embargo, esto se palpaba en
la calle, lo anuncié hace ya mucho tiempo en un escrito del 6 de junio de este
año que decía más o menos así: “Y un día el “marirrosismo” que gobernó durante
casi 20 años esta ciudad mostró el agotamiento de una gestión y su hundimiento
tiene que ver más que nada con sus propias estructuras. Generó su propio cáncer
y se derrumbó a sí mismo producto de sus propias contradicciones y de su manera
de construir poder”.
Es evidente que la gente quería
un cambio y el 80% (8192) del electorado
votó a favor de ese cambio y sepultó con una montaña de votos las aspiraciones
de Iémolo. Se abre una nueva era política muy interesante, con figuras nuevas y
con una ciudadanía que al parecer ha roto el hielo de la apatía. Los tiempos
que vienen serán cruciales para delinear de una vez por todas el Catriel que
queremos.
(Abajo los resultados robados al sitio "catriel25noticias.com")