abril 14, 2004

Regresos
He crecido en un pueblo que gran parte de sus habitantes no lo tenían en cuenta para su vida futura. Las consecuencias están a la vista; la mayoría menospreció el lugar y vivieron siempre con la vida puesta en otra parte, sin hacer nada valioso ni comprometerse demasiado. Como sucede siempre en estos casos, algunos se fueron y otros no pudieron. Quizás de allí provenga esa desidia, esa falta de esperanza como lugar futuro, ese individualismo y el aire de frustración que impregna nuestra vida comunitaria.

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