junio 28, 2006


INVENCIBLES

Entré preocupado al bar del ?Gallego? Vicente, Méjico es un rival siempre difícil, pese a lo que diga la soberbia periodística local. Llovizna y hace frío, sin embargo el café está repleto y sólo resta ocupar la mesa que el ?Bayo? Rodríguez, el mozo, ha guardado para nosotros.

Desde el fondo llegan los lamentos del ?Chino? Zapata por una bola que no entró y enseguida la risa del ?Gallego? y el renovado lamento del ?Chino?: ?no puede ser, no se puede tener tanta suerte?, mientras arroja el taco sobre la mesa de pool. El ?Bayo? me trae el café y la ginebra y sentencia ?esta tarde la genética de nuestro potrero birlará la férrea disposición de los aztecas?, da media vuelta y se va, después dicen que el idioma se está empobreciendo.

El ?Pibe? García y el ?Lechuzo? Díaz con una galera celeste y blanca llegan juntos. ?No nos pueden ganar aunque jueguen con doce estos, como boceadores son buenos, pero al fútbol...? remata el ?Lechuzo?. El ?Pibe? protesta por el bullicio provocado por las cornetas y la variada galería de porras, camisetas, bufandas, gorros y demás; ?esto es de cirqueros, viejo, mirá cómo se pintan la cara, estos no son hinchas, son payasos?. Calmé al ?Pibe?, mientras el ?Narigón? Rojas se empeñaba en explicarles al ?Petiso? Lisandro y al ?Gallego? Vicente qué era eso del 4-4-2 que por supuesto ninguno entendió.

Los equipos en la cancha y toda la tensión que se traduce en una sequedad de garganta inmediatamente remediada por botellaje que trae el ?Bayo?. Me tocan el hombro y escucho ?¿qué tal muchachos??; sorprendidos todos por la voz inconfundible de ?Carlitos? del Bosque. Inmediatamente nos paramos a darle un abrazo, mientras los de la mesa de atrás nos tiraban con flores.

?Carlitos? del Bosque es de esos tipos que son queribles pese a todas sus macanas; y de macanas vaya si conoce. Fue en nuestra juventud el dandy de la barra, el tipo de todas las minas, el jugador empedernido que apostó en los casinos de Las Vegas y Montecarlo, el muchacho de mundo que vivió en las grandes capitales y que se empeñó trabajosamente en borrar la fortuna de sus viejos.

Siempre aparece así, repentinamente, y como aparece a las dos semanas se va; sabemos que vive en la capital y sabemos que vende cualquier baratija en los colectivos y trenes, que come salteado y que viene al pueblo cuando tiene algunos pesos y ocupa la única pieza que le quedó.
Alguna vez me dijo ?¿Sabés?, siempre vuelvo porque aquí puedo revivir el pasado. La vida era demasiado hermosa a los veinte, ¿te acordás?, noche, autos, chicas, cartas, uno se creía invencible y lo era...Hasta que todo se desgasta, nosotros nos desgastamos y la vida te sigue tentando y uno está gastado che... ¿Me querés decir para qué carajo crecemos??.

Tras ese cuerpo flaco, sombrío y baqueteado por los años, creo, sigue estando el mismo pibe que no creció, y que como nosotros, ahora, que el ?Maxi? mete la pelota en el palo más lejano, se siente y nos sentimos?aunque sea por un instante?verdaderamente invencibles.


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